LOS TRES AÑOS DE GOBIERNO DE GRACO RAMÍREZ
- Felipe Villafaña / Revista Vida Política
- 15 feb 2016
- 3 Min. de lectura

Hay tres rubros que dentro de la actual administración estatal deben observarse más de cerca y evitar que sean contaminados por el escándalo y las cuestiones mediáticas en Morelos: educación, salud y seguridad pública.
Sin caer en los protagonismos ni en las alabanzas, hay que ver que en los últimos tres años dentro del sector educativo el programa beca-salario es un factor importante, que –con números en la mano- podemos ver una disminución en la deserción escolar dentro del nivel básico del 30 al 45 por ciento.
Ninguna familia que sus hijos reciben estos recursos, de 300 a 500 pesos, pueden decir que no son útiles, al contrario sirven para el apoyo en la adquisición de la canasta básica.
Lo mismo pasa en el apoyo a la infraestructura de las escuelas públicas del nivel medio y medio superior, cada vez hay más planteles con techumbres y reparación –principalmente- de los baños utilizados por los alumnos.
Las techumbres en los tres años pasados es un asunto que fue impulsado por las Asociaciones de Padres de Familia, sobre todo por los cambios climáticos producidos por los efectos del calentamiento global.
Al momento, un 80 por ciento de los más de siete mil centros escolares públicos cuentan con ese tipo de infraestructura, el resto los tendrá terminados en este año y para el 2018 no habrá escuela sin la obra.
El rubro en donde hay más avances son en materia de salud, a pesar de que hay un presupuesto mínimo el personal operativo y administrativo que depende de la Secretaría del ramo ha mantenido un nivel de calidad superior al de otras entidades.
Las campañas de detección oportuna del cáncer tanto en mujeres como en hombres, con los servicios de mastografía que han llegado a todos los municipios del estado, con campañas de concientización.
Incluso dentro de las mismas, en la prevención del cáncer de mama y cérvico-uterino han participado asociaciones ciudadanas, fundaciones y otro tipo de organismos sociales.
La detección oportuna del cáncer en Morelos ha disminuido un 20 a un 25 por ciento la muerte de mujeres, principalmente, en Morelos y en este renglón hay una escasa publicidad.
Las campañas de prevención de la diabetes, las del sobre preso y otras relacionadas con cuestiones de salud siguen vigentes, incluso la de prevención sobre enfermedades propias del clima de Morelos como son dengue, chinkungunya y el zika.
El seguro popular en los últimos tres años está convertido en uno de los principales programas con mayor éxito, debido a que sus beneficios a quienes carecen de la seguridad del IMSS e ISSSTE les ha dado la oportunidad de tener un mejor nivel de vida.
En Morelos los temas importantes, que hay muchos, no quedan en las cuestiones de inseguridad pública, hay otros que por errores humanos y una visión parcial se pierden y vale la pena considerar sus resultados como positivos.
Hay resultados positivos de octubre del 2012 a febrero del 2016, solamente hay que reconocerlos y que formen parte de que Morelos no es solamente nota roja y darles su dimensión exacta.
El tema de la seguridad pública es un asunto difícil de tratar porque mientas haya una persona agredida en la entidad no acabarán los problemas locales, como alguna vez lo mencionó el ex gobernador Lauro Ortegas Martínez.
Con deficiencias y errores, se busca la manera de reconstruir el tejido social y atender el problema, de acuerdo a los canales jurídicos y presupuestales.
Cuando menos, Morelos es de los escasos tres estados a nivel nacional que cuenta con un C-5, con infraestructura que permite vigilar un 90 por ciento de las comunidades locales y sus carreteras a través de las video cámaras.
Es cierto que los delitos de alto impacto no desaparecen, pero hay campañas de prevención y concientización para que dentro de cada familia eviten la promoción de las campañas a favor de la violencia.
En materia de seguridad pública pueden invertirse miles de millones de pesos, pero ninguna de esas campañas podrá tener resultados si a cambio la sociedad deja de colaborar.
Y ni en tres o 20 años podrá resolverse la inseguridad pública si desde nuestras viviendas el factor educación no es considerado como un asunto de importancia, sobre todo cuando dentro de la mayoría de los hogares hoy tiene problemas de violencia intrafamiliar en sus acciones como en sus palabras.
No podemos negar que hoy tenemos avances en los últimos tres años, que son efectivos para lograr un mejor estatus social y cierto que son insuficientes en la forma que son vistos, pero a parte de la crítica que pudiera hacerse vale más la propuesta. Por hoy es todo, nos leemos el miércoles. Y no olviden navegar por nuestras páginas informativas www.revistavidapolitica.com y a través de su cuenta del Facebook con sólo escribir en su buscador REVISTA VIDA POLITICA
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