Sueño en otro idioma
- Admin
- 27 abr 2018
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Durante el fin de semana se estrenó en cines mexicanos la película Sueño en otro idioma, tercer largometraje del director Ernesto Contreras, el cual presenta una historia de amor, amistad y traición y con el que se busca preservar las lenguas en México.
“Todo surge a partir de una nota periodística que llega a manos de mi hermano Carlos que es el guionista; esta nota era sobre los dos últimos hablantes de una lengua llamada Ayapaneco en una región de Tabasco, que estaban peleados y tenía muchos años que no se hablaban. Carlos pensó que había algo poderoso para hacer una película y a mí me encantó la idea”, compartió el cineasta.
Es así como comienzan a trabajar la historia, donde el zikril, una milenaria lengua indígena, agoniza, pues sus dos últimos hablantes Evaristo e Isauro viven confrontados desde hace 50 años, desde entonces no se dirigen la palabra. Martín, un joven lingüista, asumirá el reto de reunir a los dos viejos para convencerlos de hablarse una vez más y obtener un registro grabado de la lengua. Pero oculto en el pasado, en las entrañas de la jungla, yace un secreto escondido por el idioma que hace difícil creer que el corazón del zikril vuelva a latir.

“Finalmente era descubrir lo que significa la pérdida de una lengua, más allá de palabras tiene que ver con conocimiento y una forma de entender nuestro pasado, además era un buen pretexto para hacer una exploración a la identidad, la tolerancia, la diversidad y el amor por supuesto”, expresó el director.
Para darle un toque de originalidad e innovación al filme, se decidió crear la lengua del zikril con ayuda de un lingüista, para desarrollar la historia.
“Invitamos a un lingüista para que hiciera la adaptación de una lengua, y elaboró un manual del zikril que contenía vocabulario, reglas, pronunciación y conjugación. Por un lado fue algo muy bonito, pero también intenso, porque los actores tuvieron que estudiar muchísimo, aprenderlo y apropiárselo para actuar sin problemas y sin preocuparse por la lengua, realmente fue increíble”, señaló.
Teniendo como escenario la belleza natural de Los Tuxtlas, Veracruz, la filmación de la película tuvo una duración de seis semanas; sin embargo, el proceso completo, desde la creación de la historia hasta el estreno en cines, fue alrededor de seis años.
“Pienso que es el momento más importante, cuando llega a los cines y a mostrarse en México, pues es la oportunidad de compartir este trabajo con la gente”, refirió.
La premier de la película se realizó el año pasado en el Festival de Cine de Sundance 2017, donde obtuvo el Premio del Público, y ha rodado por el mundo al participar en más de 20 festivales internacionales.
“El cine es uno de los embajadores más importante de nuestro país, he compartido este trabajo con gente de muchos países y ha sido un intercambio cultural muy padre”, mencionó.
Ernesto comparte una historia personal que le marcó la vida, pues su abuela paterna hablaba zapoteco, pero de niño a él no le gustaba escucharla, prefería que hablara español porque no entendía lo que para ella significaba perder el contacto con su pasado y sus raíces, finalmente suyas también.
“Es uno de los aspectos que me conectó de manera muy personal con la historia, fue durante el proceso que me acordé de esa experiencia con mi abuela; finalmente como niño no entendía lo que significaba para ella ese conocimiento y esas raíces, me hubiera gustado aprovecharlo más. Sin duda, la película es como revisitar ese episodio de mi niñez”, expresó.
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